Junto con las cerraduras anteriores es la solución más segura y cómoda de todas puesto que no es necesario desmontar ninguna parte de la caja fuerte. La batería vuelve a estar en el interior y, por tanto, inaccesible. Pero los conectores, situados normalmente en la puerta y junto a la cerradura, permiten el suministro de energía por parte de una segunda batería.
En caso de fallo o agotamiento de la batería interna, solo tienes que conectar otra a dichos conectores para que la cerradura electrónica vuelva a funcionar con normalidad, acceder al interior y sustituir la batería principal de la caja fuerte.
Una variante de esta solución es el uso de una batería portátil que se conecta mediante un cable a la caja para suministrar corriente de manera temporal a la cerradura y permitir su apertura de emergencia.